La eficacia de la clínica psicoanalítica
La clínica psicoanalítica nació de ese héroe solitario que fue Sigmund Freud.
Produjo, entre otros, dos conceptos que subvirtieron para siempre la cultura occidental: el inconsciente y la pulsión de muerte
Construyó una estructura psíquica más allá de la neurología y del materialismo mecanicista. Su materialismo fue, y es, el de la palabra.
Sentó las bases y las coordenadas precisas de tres grandes estructuras clínicas: neurosis, perversión y psicosis. Junto con ellas, el modo de abordaje clínico de cada una y sus límites.
Como ha dicho Lacan, que ordenó y avanzó sobre los postulados de Freud, inventó algo inédito: el psicoanalista.
Hoy en día, no es posible no contar con el psicoanálisis para cualquier interrogación del lazo social y del campo estético.
¿Qué puede lograrse como eficacia clínica mediante un psicoanálisis?
Una única interpretación puede tener efectos para la vida de un sujeto (una interpretación inolvidable, según Laurent), la caída de un significante amo que sostenía un campo de significación anudando un goce, la resolución de la angustia como único modo de anudamiento, la superación de una inhibición, un desplazamiento sintomático, una sintomatización, la elaboración de un saber en el lugar de la verdad que pueda impedir la inminencia de un pasaje al acto, la elaboración de un proceso de duelo, una determinada posición de un analista ante un decir psicótico que crea condiciones para una estabilización, etc. Podemos leerlos como eficacia clínica, cuestiones posibles incluso en un breve lapso de tratamiento.
En nuestras jornadas del día 20 de octubre habrá una importante presencia de casos clínicos, donde se podrá constatar, a partir de las conducciones de las curas, la eficacia clínica del psicoanálisis.
Prof. Dr. Osvaldo L. Delgado